Extracto de la Audiencia del
miércoles 24 de marzo de 2010 que el Papa Benedicto XVI dedicó a San Alberto
Magno, obispo y doctor, figura intelectual señera de la Iglesia.
"San Alberto muestra sobre
todo que entre fe y ciencia no existe oposición, pese a algunos episodios de
incomprensión que han tenido lugar en la historia. Un hombre de fe y de
oración, como era san Alberto Magno, puede cultivar serenamente el estudio de
las ciencias naturales y avanzar en el conocimiento del micro y del
macrocosmos, descubriendo las leyes propias de la materia, porque todo esto
concurre a alimentar la sed de Dios y el amor a él. La Biblia nos habla de la creación
como del primer lenguaje a través del cual Dios —que es suma inteligencia, que
es Logos— nos revela algo
de sí mismo. El libro de la Sabiduría, por ejemplo, afirma que los fenómenos de
la naturaleza, dotados de grandeza y belleza, son como las obras de un artista,
a través de las cuales, por analogía, podemos conocer al Autor de la creación (cf. Sb 13, 5). Con una similitud clásica en
la Edad Media y en el Renacimiento, el mundo natural puede compararse con un
libro escrito por Dios, que nosotros leemos según los distintos enfoques de las
ciencias ¡Cuántos científicos, siguiendo los pasos de san Alberto Magno, han
llevado adelante sus investigaciones movidos por asombro y gratitud frente al
mundo que, a sus ojos de estudiosos y creyentes, se presentaba y se presenta
como la obra buena de un Creador sabio y amoroso! El estudio científico se
transforma en un himno de alabanza. Lo había comprendido muy bien un gran
astrofísico de nuestros tiempos, cuya causa de beatificación se ha incoado,
Enrico Medi, el cual escribió: "Oh, vosotras, misteriosas galaxias..., yo
os veo, os calculo, os entiendo, os estudio y os descubro, penetro en vosotras
y os recojo. Tomo vuestra luz y con ella hago ciencia; tomo el movimiento y
hago de él sabiduría; tomo el destello de los colores y hago de él poesía; os
tomo a vosotras, estrellas, en mis manos, y temblando en la unidad de mi ser os
elevo por encima de vosotras mismas, y en oración os presento al Creador, que
vosotras sólo podéis adorar a través de mí" (Le opere. Inno alla
creazione).
San Alberto Magno nos
recuerda que entre ciencia y fe existe amistad, y que los hombres de ciencia
pueden recorrer, mediante su vocación al estudio de la naturaleza, un auténtico
y fascinante camino de santidad".
Fuente:www.vatican.va