jueves, 28 de agosto de 2025

SAN AGUSTÍN ALECCIONADO POR UN NIÑO

San Agustín y el niño junto al mar 
Pedro Pablo Rubens (c. 1637)

Una vieja tradición, avalada por una amplia representación iconográfica, cuenta que San Agustín paseaba un día por la playa mientras reflexionaba sobre el misterio de la Santísima Trinidad. Estando en esas cavilaciones encontró a un niño que había excavado un pequeño hoyo en la arena y trataba de llenarlo con el agua del mar. El niño corría una y otra vez al mar, recogía un poco de agua en una concha marina, y luego regresaba veloz a verter el agua del mar en su pequeño agujero.

Aquello llamó la atención de Agustín, quien lleno de curiosidad preguntó al niño sobre lo que hacía:

–Intento meter toda el agua del océano en este hoyo, le respondió el niño.

–Pero eso es imposible –replicó el santo–; ¿cómo piensas meter toda el agua del océano que es tan inmenso en un hoyo tan pequeñito?

–Más difícil es lo que pretendes tú –contestó el niño– que quieres meter en tu mente limitada el misterio del Dios infinito.

Y en ese instante el ángel desapareció.

 

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