El motu proprio Traditiones Custodes se presentó al mundo avalado por una encuesta al episcopado mundial cuyos resultados aún se desconocen. Probablemente se trató de una encuesta muy selectiva como algunos han puesto de manifiesto. Según Mons. Georg Gänswein, «siguió siendo un misterio también para Benedicto el motivo por el que no se divulgaron los resultados de la consulta a los obispos realizada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que habrían permitido comprender con mayor precisión todas las implicaciones de la decisión del Papa Francisco» (Cf. Nada más que la verdad. Mi vida al lado de Benedicto XVI, Bilbao 2023, p.303).
En un reciente artículo publicado en su blog y traducido al francés por Riposte Catholique, Mons. Rob Mutsaerts, obispo auxiliar de Den Bosch (una voz claramente no escuchada por los consultores de Traditiones Custodes), escribía respetuosamente pero con la parresía que lo caracteriza:
«Mientras tanto, en América, crece el número de jóvenes que prefieren celebrar la misa tradicional en latín los domingos. Esto no tiene nada que ver con un rechazo del Vaticano II, como a veces se sugiere. Simplemente ya no es asunto para ellos. No son nostálgicos, son demasiado jóvenes para eso; no son de antes del Concilio, sino de después Concilio. Quieren ser fieles a la Iglesia y tienen preferencia por la liturgia donde se expresa especialmente lo sagrado. La Iglesia se caracteriza por un legítimo pluralismo litúrgico, dada la variedad de ritos permitidos. Traditiones Custodes es innecesariamente duro y cruel. Ataca precisamente el rito que ha guiado a la Iglesia a través del tiempo durante 1.500 años. Habrá que esperar un próximo pontificado que corrija este error. Y lo digo como obispo convencido del Novus Ordo».
«Sigue siendo extraño que se combata de manera tan despiadada a la Misa Tradicional en latín, mientras que todos los demás ritos quedan intactos y no se toman medidas ni siquiera contra los peores abusos del Novus Ordo. Y todo esto cuando las parroquias del Novus Ordo se van vaciando y solo son frecuentadas por personas jubiladas, mientras las misas tridentinas tienen generalmente una buena asistencia de jóvenes y mayores. Consideremos la peregrinación anual de París a Chartres. ¡Este año fueron más de 20.000 personas, entre ellos 15.000 jóvenes! Roma ve esto como un problema. De ser así, ¡bendito problema!».
Solo añadir que mientras los enemigos de la Iglesia se mofan de sus misterios pública y descaradamente, otros, dentro de ella, se dan el lujo y el tiempo de perseguir a sus hermanos en la fe que no buscan más que exaltar la majestad y gloria de Dios en el culto y celebrar los divinos misterios con especial dignidad.
Texto original en holandés: vitaminexp.blogspot.com
Traducción francesa: riposte-catholique.fr
No hay comentarios:
Publicar un comentario